Partamos de algunas definiciones
generales: Luis Castro y Kikuchi definen a la democracia desde tres
ángulos. 1. “Como práctica efectiva de principios ejercidos
soberanamente por el pueblo, libertad real
e igualdad, derechos y libertades; la democracia como forma concreta de
poder, democracia directa expresada en el debate del pueblo sobre diferentes
problemas y como expresión de actividad
de las organizaciones sociales. 2. Democracia formal o ficticia
(proclama principios derechos y libertades que casi nunca se realizan) y que se
aplican para dominar y oprimir por quienes tienen “el poder”, proclamado
derechos formales para los gobernados y dejando para sí, el ejercicio de los
derechos reales. 3. La
democratización como proceso de efectivización, afianzamiento y desarrollo de
los principios y las prácticas de la democracia en un país, organización o
institución”.
Estos tres elementos de
aplicación de la democracia, al interior del aula y el recinto escolar, se los
reproduce, voluntaria e involuntariamente, en ocasiones conscientemente y en
otras por simple repetición y sin conciencia del efecto reproductor, unos aprendizajes
forzados al sometimiento de una voluntad a través del proceso educativo, en el
caso de los numerales 1 y 2 con frecuencia permanente, y el 3 en ocasiones. La
repetición con frecuencia de un determinado acto o acción social hace que se
convierta en hábito y luego en una norma social de vida.
Es imperativo recordar
que en los aprendizajes, su apropiación o descubrimientos, se los hace también
por repetición (como elemento metodológico), aplicando la democracia formal o
ficticia, se convierten necesariamente en una actitud de procedimiento
pedagógico, una actitud metodológica que
se vuelve norma; norma o comportamiento didáctico que puede aparecer como algo
normal y sin que cause daño o molestia, produciendo desajustes a los
principios de igualdad, fraternidad y equidad.
Definición de escuela: La escuela (como organización escolar) es una institución donde se
reproducen todas las manifestaciones del Estado y de la sociedad. Por
tanto, las exposiciones diarias de docentes y alumnos deben ser compartidas en
igualdad de condiciones y responsabilidades, en la convivencia de aprendizajes,
cuidando y sin olvidad por cierto los roles de cada sector social escolar. Vale
afirmar, por las prácticas sociales manifiestas en los comportamientos
escolares y ciudadanos, que conviven al interior del salón de clase, se
impone la democracia formal, explicando a los estudiantes sus derechos;
pero casi nunca ejecutándolos; la ley y la libertad de la autoridad
generalmente es la aplicada.
Veamos algunos ejemplos,
que nos sirven de reflexión, a nosotros los docentes, en el caso de que no nos
hayamos dado cuenta de nuestras ejecutorias, en el recinto escolar. Les
decimos (no reflexionamos con ellos) a los estudiantes: como vestir, como
actuar, como hacer las tareas (no analizamos el por que se las debe realizar)
rompemos con la democracia directa (su derecho a elegir); quienes deben
participar en los consejos estudiantiles y no como práctica de la democracia
participativa (capacidad de organizarse y tener influencia directa en sus
decisiones) no les dejamos en
libertad para practicar sus derechos
democráticos de elección y organización, no les permitimos el derecho a
equivocarse (los calificamos); no olvidemos que existe en pedagogía los aprendizajes
por equivocación; a los estudiantes los calificamos de buenos o malos en sus
comportamientos y aprendizajes, ellos a los docentes casi o nunca; olvidamos
que la escuela y el aula son formas de organización social, donde se fomenta o
impone un perfil de “poder” , por tanto se rompe con un principio básico de la
democracia: libertad real e
igualdad, derechos y libertades.
Idénticos momentos son
los que se determinan, de la autoridad escolar, para los y las docentes, ¿de
donde viene esta forma de relación? Vienen de las aplicadas por el Ministerio
de Educación (de la autoridad o poder), ya que siendo éste el que controla e
impone los objetivos y fines de la educación, está siendo consecuente con el
modo de producción que controla y conduce a los ciudadanos a mantener
comportamientos de fiel apego al sistema Capitalista.
La libertad de expresión u organización son limitados, son condenados cuando alguien piensa o actúa
diferente, si lográramos que los docentes y los estudiantes apliquen
correctamente los principios de libertad y democracia al interior del aula,
alcanzaríamos del hecho educativo, del proceso didáctico democrático del salón
de clase y sus aprendizajes, afirmar en la conciencia, en el cerebro de los
estudiantes, que la educación y la escuela los prepara para cambiar el mundo y
sus entornos, democracia como derecho de libertad, libertad y democracia
para dialogar sobre acuerdos y desacuerdos sin presiones.
Democratización de los
procesos educativos
Siendo así, es imperativo determinar que: La democracia siendo una forma
de organización social, que imputa y da “el poder” al conjunto de la
colectividad, a partir de la conciencia individual, de roles, desempeños y
responsabilidades; en el caso de la escuela, las decisiones académicas deben
ser adoptadas por los colectivos estudiantiles en el proceso de enseñanza, para
fomentar comportamientos, actuaciones, acciones, gestiones, tareas justos y
dignos, sin descuidar la individualidad. Éstas deben tener participación
directa y efectiva de todos, para conferir legitimidad a las actuaciones de los
estudiantes al interior de la clase, en sus puntos de vista, en sus
determinaciones, en sus responsabilidades y en sus desempeños escolares, lo que
incidirá directamente en nuevas conductas y responsabilidades estudiantiles.
Indudablemente se logrará una motivación intensa en la autoestima personal y en
una nueva visión del ser humano y el estudiante comprometido y consciente de su
“necesidad”; de su libertad como acto consciente de su
necesidad; y su necesidad convertida en derecho.
La democracia además, debería ser utilizada y aplicada como una forma de
convivencia escolar, con relaciones más igualitarias entre los actores del
hecho educativo; la democratización de los saberes y de las prácticas
sociales al interior del salón de clase y del ambiente escolar, debería
permitir una correcta relación entre docentes y estudiantes; entre docentes y
padres de familia, entre padres de familia y estudiantes; y sobre todo entre
autoridades y los tres actores sociales anteriormente señalados. La
democratización de los procesos de aprendizajes y saberes así como de los
comportamientos de conductas justas, para canalizar la voluntad de cambios y
aprobaciones con participación directa de los distintos actores del hecho educativo
(establecimiento, efectivización, afianzamiento y desarrollo de principios y
prácticas de la democracia plenas).
La democratización de los procesos educativos al interior del aula, debe
permitir el desarrollo de la personalidad de los estudiantes; veamos como
define en el plano filosófico Luis Castro,
(diccionario de Ciencias de la Educación):“ser social, insertado
en la amplia red de relaciones colectivas como producto histórico y, como
sujeto activo del desarrollo de la sociedad”.
Para Marx “la categoría personalidad hace referencia al hombre total en la unidad de
sus capacidades individuales (lo singular) y de sus funciones o roles sociales,
como simultáneo resultado y sujeto de los nexos colectivos y cuya esencia “no
es una abstracción inherente a cada individuo” aislado sino “el conjunto de las
relaciones sociales”. Se refiere a la cualidad social del individuo concebido
como conjunto integrado de rasgos socialmente significativos, formados en el
proceso de establecimiento y desarrollo de los vínculos interpersonales
directos e indirectos y que determinan que ese individuo sea al mismo tiempo
sujeto del trabajo, del conocimiento y del trato social”.
Para Marx y Engels, “el individuo que se ha elaborado a si mismo y ha alcanzado autonomía en el
curso de su propia práctica y de sus vínculos con los demás”, que “razona y
actúa de acuerdo con sus convicciones” y que “no se siente inclinado a la
sumisión ni la aceptación del culto supersticioso a la autoridad”.
El salón de clase necesariamente se transforma en un instante objetivo y
real, en un entorno social donde se desarrollan determinadas formas de
relaciones sociales e influencias, por tanto, la responsabilidad del docente
debe ser la de encaminar con respeto, libertad y democracia a sus jóvenes
discípulos, para que en la hora clase se desarrollen aprendizajes y
comportamientos sociales, que consoliden la personalidad del estudiante, con
perfil propio y diferenciado a la vez, con capacidad para apreciar
conocimientos y entornos y a la vez con disposición para criticar cualquier
forma de relación social, o, aptitud para pensar y actuar con autonomía, para
tomar decisiones y ponerlas en práctica como actos consientes, productos de los
aprendizajes adquiridos.
Democratización de la enseñanza.
La democratización de la enseñanza debe tener como base la existencia y
vigencia de las libertades públicas y el respeto a los derechos ciudadanos, en
el caso de la escuela, a los derechos estudiantiles, al derecho pleno del
código de convivencia, lugar en el que se expresa como manifestación igualdad
de derechos y deberes; así como igualdad de derechos y deberes de seres humanos
dentro de un conglomerado social (democracia y libertad como expresión de un
derecho humano, garantía de una vida digna sin distinción alguna).
El sistema de enseñanza aprendizaje deberá garantizar la participación
democrática de los integrantes de la comunidad educativa, sin coerciones ni
presiones. Debe convertirse al hecho educativo en un acto consiente. No debemos
olvidar que en el proceso de enseñanza aprendizaje, éste se convierte en un
momento de corto plazo y la libertad en un espacio de toda la vida.
La democracia, en el proceso áulico, debería permitir que el estudiante sea
un ser humano autónomo, con principios y códigos de responsabilidad y
respeto para relacionarse con otros pares, aplicando y afirmando los códigos
justos de convivencia en la búsqueda y empoderamiento individual y colectivo de
los aprendizajes y saberes.
La democratización de la enseñanza como comienzo y desarrollo de
posibilidades y oportunidades, para que la educación,
la cultura y el conocimiento estén al servicio de todos los sectores de la
población ecuatoriana sin distingos de ninguna naturaleza y con las mismas
posibilidades para todos. La elitización de los aprendizajes y saberes son
formas aberrantes de la monarquía y su modo de producción feudal, así como de
la seudo democracia y su sistema de producción, el Capitalismo.
La democratización de la enseñanza para recuperar el rol democrático
de los y las docentes, el papel de conductores y facilitadotes de procesos de
aprendizajes, de consejeros de libertades y albedríos; para contribuyan al
conocimiento de la educación y su vínculo con la no neutralidad, para la
afirmación de una conquista de los pueblos del Ecuador “el Laicismo”.
Manifestación del poder en el recinto escolar.
En el aula, y en el
proceso de aprendizajes, estas manifestaciones indicadas, se presentan en
diferentes escalas al interior del salón de clase y en sus inter-actuantes; dos
momentos del poder, por así decirlo: estudiantes y docentes, autoridades,
docentes, alumnos y padres de familia, en un solo círculo o territorio de
actividad y relación social.
Se define en la
pedagogía moderna, que en el proceso de enseñanza aprendizaje, el estudiante
es el principal actor del descubrimiento del conocimiento, y que el docente
contribuye a descubrir aquellos conocimientos académicos o científicos
propuestos y definidos en el plan hora clase, o, en el caso de las autoridades
que definen y determinan las políticas educativas y organizacionales; sin
embargo de ello, en el ejercicio del poder, éste tiene las siguientes
manifestaciones: 1. “La escuela como organización social, está
orientada a regular y dirigir las acciones de los individuos (estudiantes
y otros actores de la educación) a través de un determinado equilibrio
de los intereses contradictorios individuales o grupales, y a subordinarlos a
una voluntad única ( la del docente o la de la autoridad institucional)
apelando a la persuasión o a la coerción”. Vale la pena recordar que en
el acto educativo la generación adulta siempre impune sus criterios y
comportamiento a la generación joven sobre la cual tiene influencia. 2. “el
poder tiene carácter histórico, alcanza su máxima expresión en la actividad
del Estado (instrumento por excelencia del dominio de una clase concreta sobre
el resto de la sociedad) y adquiere rasgos peculiares según la clase que lo
ejerce en las condiciones objetivas de una determinada forma de sociedad”. En
la definición de Escuela señalamos que: “era el lugar donde se
reproducían todas la manifestaciones del Estado”, por tanto en la
actualidad, en la vigencia del sistema
capitalista, esta forma de dominio de una clase sobre otra tiene expresión
concreta en las ideas, por que no se definen a una clase social solo por su
condicionen de apropiación de los medios de producción e instrumentos de
trabajo, sino también por su forma de pensamiento (ideología); en el recinto
escolar y en el aula la generación adulta impone a la generación joven su “autoridad”
rompiendo toda forma de democracia y de la libertad. 3. “Cuando se hace
referencia al poder como estructura, se quiere significar que su
ejercicio nunca es espontáneo, sino que representa el resultado de una compleja
urdimbre de relaciones entre grupos y clases y medios de control social, que
exigen la configuración y organización de formas específicas de regulación de
la actividad de la sociedad para garantizar la reproducción de las relaciones
sociales sobre las que se asienta un modo de producción concreto” (modo de
producción o base económica y superestructura como expresión de las ideas). El
poder además siempre ha estado vinculado al ejercicio de la política, y la
política como expresión de la doctrina
de un gobierno o clase social, en las que la ideología o las ideas van
determinando comportamientos individuales y sociales. La educación no está
alejada de esta compleja maraña, los docentes tampoco, consiente o
inconscientemente reproducen ideas, y sin darse cuenta son los vínculos directos
de afirmación de un determinado modo de producción, por ello es imperativo que
los y las docentes terminen con el “cuento de la neutralidad del proceso
educativo y la educación”. Y en esa libertad de escoger los estudiantes
planteen y escojan la forma de vida y de relaciones sociales que deseen.
Definición de Poder. “Dominio, imperio, facultad, poderío y jurisdicción
que uno tiene para mandar o ejecutar”. “Suprema potestad rectora y coactiva del
Estado”
Al interior del aula, debe plantearse como requisito básico los elementos que componen los comportamientos de la comunicación y la información, para construir nuevos presupuestos educativos que logren sostener criterios de verdad y pluralidad, es decir, elementos de respeto a la libertad de pensar: Se haga comprender que el Estado tampoco es neutral, que representa a la clase social en el poder, que éste es aplicado por personas que están representando al gobierno o a un sector de individuos que tienen control económico, por lo tanto determinan políticas para ser aprobadas por el poder legislativo y ejecutadas por los poderes ejecutivo y judicial, a nombre del Estado. En la vida de los seres humanos y en la sociedad nada es neutral.
Sin los y las estudiantes no existe educación, sin
embargo están a la orilla de la democracia.
El y la docente tiene un solo camino en el proceso de
aprendizajes, aplicar la democracia como aceptación y compromiso, para
persuadir y no someter.